lunes, 1 de abril de 2013

La asamblea de viudas de la Plaza Durbar. Katmandú (Nepal) 11/julio/2007



Cada mañana se reúnen en los bancos de piedra que hay bajo los aleros del tejado del Antiguo Palacio Real de Katmandú. No tienen otra razón, que lamentarse juntas del “maltrato” al que las someten sus nueras, -hoy me dado poco arroz, -ayer no me ayudo en los quehaceres de la casa, - no me cuida cuando estoy enferma…
Cuando una mujer se queda viuda en Nepal o India pasa a depender directamente de la ayuda de sus hijos o de no tenerlos, de la caridad ajena. No están muy lejanos los tiempos en que se arrojaban, voluntariamente o no, a las piras de cremación en las que los cadáveres de sus maridos se consumían.
Oran y a veces lloran juntas sus penas y un poco más aliviadas vuelven a la casa que ya no es suya, al hogar que las acoge por lastima, a la cruda realidad de nacer y envejecer mujer en Nepal.

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