martes, 2 de abril de 2013

El sadhu del Gath Manikarnika. Varanasi. (India) Julio de 2011.






Gath Manikarnika. Varanasi. (India)


Varios del grupo subimos al crematorio , los intocables rascaban el suelo buscando entre los restos de cenizas del ultimo cuerpo incinerado algo de valor, tal vez oro o plata. Encendí un cigarro, alguien a mi lado grito, -pero si es una mujer! como si acabara de darse cuenta del lugar donde estábamos y que era lo que estábamos mirando, señalando los pies desnudos, que era lo único visible, de un cuerpo bajo una mortaja de flores, era la próxima en irse a la pira. Un poquito más allá, en el borde justo del muro que cae hacia al Marnikanika Ghat ( escalinatas de las cremaciones) esperaban dos cuerpos más, esto no para nunca, día y noche , todos los días del año.
Las cenizas son arrojadas hacia el Ganges a paladas o con cubos metálicos, solo quedan unas poquitas que son las que entregan a los familiares, que esperan el final de la incineración, en una pequeña tinaja de barro o metal, para que luego ellos mismo en una ultima y ritual despedida los arrojen en el centro del Río , junto a pétalos de flores.
No me di cuenta, las chanclas, casi descalzo, no era la forma adecuada para subir a la zona del crematorio, sentí un picotazo en un dedo del pie, horrorizado mire hacia el suelo y vi una pala de púas pegada a mi talón, hubo suerte y no produjo sangre, ni siquiera herida.

Algunos del grupo, muy impresionados por la escena de las cremaciones tan de cerca, junto a nuestros pies, no aguantaron y bajaron a toda prisa. Carlos , Miguel y yo esperamos a la próxima, la mujer de la mortaja de flores. Comienzan por la zona del cuello, el hijo mayor, que se rapa la cabeza dejando un mechón como señal de luto, prende fuego en la zona del cuello e inmediatamente las llamas devoran todo, cuerpo, madera…
Perdí el respeto a la muerte, más bien al después de la muerte, que es lo que tanto me asusta. Encendí otro cigarrillo, -como puedes fumar, aquí ,tan tranquilo, me dijo Miguel y mire hacia el Ganges
recordando que en mi viaje anterior, con el nivel del agua mucho más bajo, se veían los cuerpos hinchados, flotando, recordé cómo aquellos tres perros se peleaban por la pierna de una mujer , seguramente una embarazada, a estas, a los que mueren por picaduras de serpiente, a los niños, a los vagabundos que aparecen muertos en las calles, no los queman se van directamente al Río, envueltos en una mortaja blanca… Si, francamente me di cuenta que al final, solo somos eso: cuerpos sin vida, es decir nada…pasto para los perros, las aguas, el fuego, o la tierra...NADA!

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