jueves, 28 de marzo de 2013

La dueña de la llave de la Sinagoga de Wolleka. (Etiopía) 24/julio/2012.





Los habitantes de la pequeña aldea "falasha", judío en amhárico, que para quien no lo sepa es el idioma mayoritario en Etiopía, viven hoy de la venta de figuritas de cerámica de marcado carácter judío: la Estrella de David, el León de Judá, el rey Salomón o la Reina de Saba, repetidos hasta la saciedad en todas las formas imaginables. Ella guarda las llaves de una minúscula choza que en su día fue la sinagoga del poblado y que hoy solo se diferencia del resto de chozas en que tiene una Estrella de David sobre su tejado. Nada que ver en su interior-nos asegura-el guía, los judíos hace mucho que se fueron de aquí.
No ha hecho negocio, cobra la voluntad por abrir la puerta del sagrado lugar, con una enorme y herrumbrosa llave que nos muestra como un preciado tesoro. Sonríe , quizás convencida de que aún antes de irnos, puede vendernos alguna figurita.
Es el niño, a su espalda, quien me llama la ateción, con una mirada asustadiza y casi de enfado.


La aldea "falasha" de Wolleka. Gondar. (Etiopía)

A escasamente 5 km de la salida de Gondar hacia las Montañas Simien se encuentra '''Wolleka'''. Es una pequeña aldea hasta no hace mucho habitada por una población judía que desde tiempos remotos se mantuvo en la región. Estos judíos etíopes, que vivieron durante siglos aislados,  fueron acogidos en los años 80 por Israel a donde se desplazaron en su gran mayoría -lo mismo que ocurrió con los judíos de muchas partes del Mundo.


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